miércoles, 12 de diciembre de 2012

Hoy es un buen día para hacer el mundo un poco mejor


Un día, cuando era estudiante de primer curso en el instituto, vi a un niño de mi clase volviendo a casa de la escuela. Su nombre era Kyle. Parecía que llevaba todos sus libros y pensé:

“¿Por qué lleva todos sus libros a casa un viernes? Debe ser un empollón.”

(En EEUU es costumbre dejar los libros en la taquilla del instituto para no llevarlos a casa). Yo ya había planeado el fin de semana (fiestas y fútbol con mis amigos todo el día), así que me encogí de hombros y seguí mi camino.

Mientras caminaba, vi a un grupo de chicos corriendo hacia Kyle. Le empujaron y tiraron todos sus libros al suelo. Él se cayó y sus gafas salieron volando. Yo las vi caer en la hierba a unos tres metros de él. Se levantó y vi una terrible tristeza en sus ojos. Realmente, me tocó ver la escena, así que fui hacia él y mientras se arrastraba buscando sus gafas vi un arañazo en su ojo. Le acerqué sus gafas y le dije

“Esos tipos son unos idiotas. No tienen porque hacer esto”.

“¡Gracias tío!”, me dijo con una gran sonrisa en su cara, una de esas sonrisas llenas de gratitud.

Le ayudé a recoger sus libros y le pregunté dónde vivía. Resultó que era mi vecino, así que le pregunté por qué nunca le había visto antes. Él dijo que había estado en un colegio privado hasta ahora. Nunca me había juntado con alguien de un colegio privado antes. Le ayudé con los libros y estuvimos hablando durante todo el camino a casa.

Kyle resultó ser un buen chico. Le pregunté si quería jugar al fútbol el sábado conmigo y mis amigos y él aceptó. Quedamos todo el fin de semana, y cuando más conocía a Kyle, más bien me caía. A mis amigos les pasaba lo mismo.

El lunes llegó y ahí estaba Kyle con su enorme pila de libros otra vez. Le paré y le dije:

“¡Chico, te van a salir unos buenos músculos si vas con esa pila de libros cada día!”.

Se rió y me pasó la mitad.

Durante los siguientes cuatro años, Kyle y yo nos volvimos mejores amigos. Cuando crecimos y nos tocaba ir a la universidad, nuestros caminos se separaron. Kyle decidió irse a Georgetown y yo iba a ir a Duke. Sabía que siempre seríamos amigos, y que la distancia nunca sería un problema. Él quería ser médico, y yo iba gracias a una beca de fútbol.

Kyle fue el mejor de nuestra clase. Yo le tomaba el pelo todo el tiempo por ser un empollón. Él tenía que preparar el discurso de graduación. Estaba tan aliviado de no tener que ser yo el que tuviera que hablar…

El día de la graduación vi a Kyle. Estaba genial. Era uno de esos tipos que cambiaron drásticamente durante la escuela. Ya había crecido y las gafas le quedaban genial. ¡Y hasta había tenido más citas que yo! Las chicas le adoraban. Parecía un poco nervioso por el discurso, así que le di una palmadita en la espalda y le dije:

“¿Qué pasa tío?, ¡lo vas a hacer genial!”.

Me miró con una de esas miradas (las que están llenas de gratitud) y me sonrío.

“¡Gracias tío!”, me dijo.

Cuando comenzó el discurso, se aclaró la garganta y empezó:

“La graduación es un momento para agradecer a aquellos que nos han ayudado en estos años tan duros con todo lo que han hecho por nosotros. Nuestros padres, nuestros maestros, nuestros hermanos, a lo mejor un entrenador, pero sobre todo, a nuestros amigos. Estoy aquí para contaros a todos vosotros que, a veces, ser amigo de alguien es el mejor regalo que puedes hacerle. Voy a contaros una historia”.

Yo miraba a mis amigos con incredulidad mientras que él nos relataba la historia del primer día que nos conocimos. Nos contó que planeó suicidarse ese mismo fin de semana. Habló de cómo limpió su taquilla para que su madre no tuviera que hacerlo después y estaba llevando todas sus cosas a casa. Me miró fijamente y me sonrió.

“Afortunadamente, me salvaron. Mi amigo me salvó de hacer algo irremediable”.

Oí a la multitud comentando cómo ese atractivo y popular chico nos contaba a todos su momento de debilidad. Vi a su madre y a su padre mirándome y cómo sonreían, con esa misma sonrisa de gratitud. No fue hasta ese momento cuando me di cuenta de lo que había hecho.

Nunca subestimes el poder de tus acciones. Con un pequeño gesto puedes cambiar la vida de una persona por completo.

miércoles, 14 de noviembre de 2012


‎"Es aquí, pasa, puedes quitarte las medias, si quieres o si prefieres ya te las rompo yo. Del amor ni una palabra, por favor, todavía es por la mañana. Sabes a viernes, y también a nata. Ese mapa en la espalda, ¿es natural? Verás... Yo quería besarte incluso donde no me dejes. Tienes brillo de sudor en la mejilla. Ya, a mí también me encanta esa canción. ¿Podrías moverte si me tomas como ángulo principal de caricia? Me gustan las huellas que dejas en las motas de polvo que contigo se mueven. Ojalá que todas las cosas bonitas no dependan sólo de ti, pero... Voy a morderte las uñas. Tienes un nido de huracanes en el cuello. ¿Puedo cogerte un poquito de saliva? En seguida viene otra ración de orgasmos. Vamos, sube aquí arriba, que si no me voy a venir abajo. Bésame ahora y dejemos para nunca lo de siempre. ¿Ya estás volando? Contigo es que no se puede... Mira, ven, hay que ver cómo tienes los labios, ¿vas a volver a correrte? Joder, ¿eh? Cómo está el patio, y tú pensando que cada día es igual... Espera un momentito no más, tengo algo que hacer con la lengua. ¿Sabes? Entre tus piernas y mis manos nos vamos a llevar muy bien. 

Por cierto, ¿a quién tuviste que matar para lograr esa sonrisa? ¿mi vida? Cambiemos mejor de tema, yo venía a hablar de tus faldas y a vivir debajo de ellas. Tengo un puñado de trenes que podríamos coger, así que había pensado... que tú... tal vez... ¿te vienes? ¿o qué?"

martes, 6 de noviembre de 2012


El qué dirán

Hacerse mayor y/o madurar implica echar de menos cada vez con más fuerza las ventajas de ser pequeño. Muchas veces me sorprendo pensando en cómo afrontaría una u otra situación de mi vida adulta si pudiera comportarme como lo haría mi yo de cinco años.


De pequeño podías jurarle la guerra a tu peor enemigo y a los cinco minutos cambiarte a su bando sólo porque te había sonreido; sin visión de futuro y sin preocupaciones por cuál sería vuestra relación al día siguiente y sin miedo al qué dirán por posicionarte en uno u otro bando.


A veces quisiera poder entrar en la oficina por las mañanas protestando y, según qué día premenstrual, hasta llorando porque no quiero estar allí, porque ese día me siento vulnerable o con la sensación de que un meteorito aproximándose a la Tierra no es algo horrible. O simplemente porque tengo sueño y frío.

O poder entrar cantando canciones de Camela cuando el día se presente horrible sin que la gente me denuncie. (Cantar Camela te recuerda siempre que hay gente muy chunga que ha triunfado en la vida y que ¿por qué tú no, joder?).


Eso sí sería liberador y no lo que he de hacer de adulta; entrar cada día del mismo modo: abrir la puerta, decir buenos días, andar hasta mi sitio, sentarme y encender el ordenador. Todos los días igual, todos los trabajadores igual, en todos los trabajos igual... como si mis sentimientos hoy fueran los mismos que ayer, como si yo fuera la misma persona que el compañero que acaba de entrar antes que yo y acaba de hacer el mismo ritual, como si su vida se pareciera lo más mínimo a la mía. Cualquier cosa que se saliera de este comportamiento haría levantar las cabezas y murmurar a toda la planta. Y eso, yo creo, es triste.


Quisiera sentarme en mi mesa y, cuando mi jefe me saque de quicio, poder decirle muy alegremente que no me cae bien, que lo tengo que aguantar porque para eso me pagan, pero que vaya coñazo. Sin que me echen, sin que él sufra, sin que yo me sienta culpable por haber sido sincera.


Ahora lo que hago es asentir cuando habla y poner los ojos en blanco en cuanto se da la vuelta.



Quisiera ir a comprar al súper y poder tirarle de la manga a la típica abuela que se cuela en caja haciéndose la tonta y preguntarle que qué es lo que ha perdido, si la visión periférica o la vergüenza. Y sería bonito que sus sentimientos no resultaran heridos más de los cinco minutos que nos duraban cuando éramos niños.


Lo que hago ahora es morderme la lengua y hacer como que no me he dado cuenta.


Sería perfecto poder subir a casa de tu vecina y preguntarle a gritos si sus hijos se están entrenando para ser kale borrokas o si es que sólo tienen la habilidad de dar por culo a la puta perfección. Y que ella al día siguiente te sonría en el descansillo como si nada hubiera pasado.


Sin embargo hoy lo que hago es ponerme tapones para dormir la siesta mientras me llevan los demonios y sueño con infanticidios.


De pequeña, yo ya hubiera llamado al portero automático del chico que me gusta, le hubiera hecho bajar y le hubiera dicho en el mismo portal: Sé que tienes novia pero me da igual, te quiero y quiero que la cambies por mí, ¿tú qué opinas?, ¿me quieres?, ¿quieres ser mi novio?


Sin embargo ahora, en vez de presentarme en su portal, lo que hago es evitarlo e intentar no complicarle la vida, y así hasta que lo olvide y se me cure el corazón roto.



¿De qué sirve tanto esfuerzo en protocolo y tanta convención social, tanto miedo al qué dirán, si mi jefe sabe de todas formas que no lo aguanto, si tendré que aguantar a los niños de mi vecina hasta que crezcan, y si lo que siento por ese chico sigue aquí?



Siempre decimos que los niños son muy crueles, pero las cosas que he visto en los adultos jamás las vi en los niños.


Los niños son crueles porque la crueldad es inherente al ser humano, pero los adultos somos igual de crueles e incluso con la conciencia de estar siéndolo y, lo que es peor, a escondidas; por el qué dirán.



vía: Barbijaputa (que por cierto...no dejéis de visitarla, escribe textos geniales.)

lunes, 29 de octubre de 2012


En cuanto me detuve clavé la mirada al horizonte de esa calle sin fin, en ese momento estaba rodeada de miles de personas y no fui capaz ni siquiera de seguirle la mirada a nadie, tan solo miraba fijamente el final, ese abismo que separaba la realidad de lo que estaba experimentando justo en ese momento, de aquello de lo que hace meses me desprendí y por una suave brisa volvió a penetrar en mí. 

-Se trata de ti, Sí, tú! Ya me tienes de nuevo temblando como un flan, eres un auténtico dilema en mi vida, eres un pozo sin fondo, una calle sin salida, un huracán que arrasa con mi vida, la tormenta perfecta, una bala perdida hecha a mi medida-

Y puestos a sincerarse hay una cajita de recuerdos en el maletero de mi corazón que siempre está ahí, y que cada día le doy cuerda para que suenen los recuerdos, y si un día me olvido de hacerlo, ella sola se encarga de hacerlo. Una vez tú le diste cuerda a mi vida y aún sigue su curso, quizás en diferentes direcciones, pero créeme que esa cajita la programaste para que cada día pensase en ti. 

Ahora mismo estoy dentro de esa cajita y sé que volverás a entrar, se que pronto te veré y entonces, solo entonces seré capaz de ver las miles de personas que me rodean en esta calle infinita.

miércoles, 24 de octubre de 2012


Creo que ha llegado mi momento, sí, ahora me toca a mí. Labios ajenos, noches de locura desenfrenada, risas, borracheras... El amor no existe. El orgullo lo puede todo, yo lo sé. Las personas no son juguetes pero más de uno no se ha enterado aún. Si me caigo me levanto. Un problema dos sonrisas. Quemar tus fotos y tus recuerdos. Borrar tu móvil y decirte a la cara todo la mierda que pienso que eres. Si tú eres llama yo soy fuego. Reconócelo, has perdido, soy más fuerte de lo que pensabas. He intentado endurecer donde hacías tanto daño. Ahora voy sin frenos, sin debilidades. He vuelto a las andadas. Si creíais que era un caso perdido, no os podéis imaginar la que se avecina. 
-Voy a dejar de esperar oportunidades, voy a salir yo a buscarlas.-

martes, 16 de octubre de 2012

Para las mujeres que cada vez que están borrachas le siguen confesando lo que no deberían. Para las que mandan mensajes a mitad de la noche. Para las que no se cansan de ver que eso no va a ningún lado y lo siguen intentando. Para aquellas 
que aún con el corazón roto lo siguen queriendo. Para todas, que aunque se arrepientan de haberle contestado por sms, lo siguen haciendo. Para aquellas que buscan cualquier excusa con tal de hablarle. Para ti, que te conectas y desconectas para que te vea y te hable. Para nosotras que cuanto más hablamos, más nos encanta y cuando menos nos habla mas los buscamos. Para el famoso "te juro que no le hablo nunca mas". Para ti que cuando lo estas superando el siempre aparece. Para ti que llegaste al límite de decirle todo en la cara. Para ti que, para no mirarlo, le preguntas a tus amigas qué esta haciendo. Para ti que te haces la orgullosa diciéndole que no. Para ti que te haces la fuere diciendo que no vas a volver a estar con él y cuando lo tienes a dos centímetros, no puedes decirle que no. Para ti que cada vez que llega el fin de semana tratas de averiguar a dónde va a salir pidiéndole a tu amiga que averigüe a dónde van a ir para cruzártelo por "casualidad". Para nosotras, las que sufrimos y que cada vez que sabemos que lo vamos a ver entramos en crisis porque solo queremos estar perfectas para él. Para ti, que te estas riendo de esta triste realidad.
Creo que soy muy simple. No me complico, soy de esas que no aprenden hasta que se caen 100 veces con la misma piedra, que me encanta ponerme el pijama y hacerme un moño e ir con las zapatillas de estar por casa. Que en invierno duermo tapada hasta la cabeza. Soy una persona que se pica fácilmente pero que con una sonrisa, un beso o un ''no te piques tonta, con lo que yo te quiero''... Con eso ya me tienes ahí como una tonta. A la que le encantan los pequeños detalles hechos con amor. Que si realmente me demuestras yo demostrare el doble por ti. Que si te digo que te quiero es porque lo siento. Soy de las personas que no entiende el concepto de me lio con otro para olvidarle, no me va. A la que le encanta estar con su chico en casa con la mantita y mis piernas sobre las suyas. Que me encanta recibir muestras de cariño, la que se siente orgullosa de sacar sonrisas. Y que sí, no soy perfecta, ni lo quiero ser, que eso se lo dejamos a las nenas que se quieren complicar la vida.

martes, 9 de octubre de 2012


Estabas más guapo cuando yo te miraba. Y eras más bonito sin ropa. Y sin los ojos rojos de tanto olvidar besos en botellas de ron. Eras más dulce con sabor a Colacao por las mañanas. Y seguro que tus besos ya no saben igual. Seguro que nadie te besa tan suave, ni con tanto amor. Eras mucho más bonito en mi balcón. Sin camiseta y oliendo a Marlboro y pasión. Estabas más guapo, y más tú. Más borracho de amor sin alcohol. Más ciego de ratos bonitos.
Yo era más dulce sin sabor a ginebra. Sin besos que no siento. Sin resaca y sin sexo sin amor. Más cuerda y más sensata. Menos predecible. Ya no sé pensar cuando grito. Ni cuando beso. Ni cuando bebo. Ni si quiera cuando escribo. Ahora vivo rápido. Sin sentir y sin pensar. Que el pensar hace daño. Y ahora es tiempo de vida. De domingos de resaca sin tu espalda. Ahora empieza la tormenta. Ya llegará la calma.

viernes, 5 de octubre de 2012


Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar y hay otras que apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá, que nos muestran lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros y luego pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma y del corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz y lo que necesitamos sin que se lo pidamos.

A veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces nos hemos enamorado y tenemos un amigo enamorado. Ese amigo da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.

Más también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.

También hay amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra y aunque no los vemos seguido están siempre cerca en nuestro corazón.

El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestras vidas.

Cada persona que pasa en nuestra vida es única y siempre, siempre, deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros

martes, 2 de octubre de 2012


-Yo creo que la vida es como un juego de posibilidades. La posibilidad de salir con alguien al que creías inaccesible. O posibilidad de que alguien que nunca te había gustado, te empiece a gustar de repente. La posibilidad de encontrar a la primera al amor de tu vida o la que tienes de estar con alguien que no lo es, por que crees que no tienes nada que hacer con el amor de tu vida.

-Y... ¿cómo se sabe, si existe la más remota posibilidad de estar con el amor de tu vida?

-Yo siempre he creido que con un beso. Tu a mi me besas, y si ella se da la vuelta y mira, es que eres el amor de su vida.

lunes, 1 de octubre de 2012

Eh, tu, no llores mas por quien te hizo daño, sube la cabeza, que se te cae la corona princesa y sonríe que el sol ilumine tu sonrisa.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Que darías lo que fuera por volver hacia atrás, dejar a un lado los miedos y aprovechar cada momento, cada instante, cada oportunidad. Volverías y le dirías todo lo que deseas, todo eso que ha quedado en el olvido. Le besarías hasta dejarle sin aire, le agarrarías de la mano con fuerza y le susurrarías un ‘te amo’.
Tenemos la responsabilidad de mantener lo que conseguimos, pero, ¿qué pasa? Que un día todo se va a la mierda así, de repente, sin más. ¿Y qué haces? Piensas qué has podido hacer mal. No todo tiene respuesta. Llegas a la conclusión de que tal vez la culpa fue mutua, y que por mucho que te empeñes, no estás destinado a vivir absolutamente todo lo que deseas.

viernes, 21 de septiembre de 2012


Debería estar preparando las clases de la semana, o al menos planteándomelo. Pero no. Estoy sentada en mi habitación con la cabeza muy lejos de aquí, a unos mil quilómetros, recordando la noche que llegué. Me dolía el oído y estaba sola en el aeropuerto maldiciéndome a mi misma por no haber podido ir con todos por la mañana. Cuando me recogieron y llegamos a casa me sentía fuera de lugar… ¿sabes eso que notas cuando sientes que sobras? Pues así me sentía.
Fue una situación muy extraña, decidimos ir a dormir pero nadie se movía… las parejitas no querían mostrar que querían dormir juntos y los demás esperábamos a que ellos eligieran habitación para movernos. Finalmente una se levantó y se fue a la habitación dándole a entender a su acompañante que dormían allí y que le esperaba. Viendo que la otra pareja no se movía me levanté y decidí irme a la otra habitación. Al momento una de mis mejores amigas estaba allí, como siempre, sin dejarme sola. La sensación de estar en el sitio equivocado no conseguía abandonarme. Menos mal que al día siguiente todo cambió.
Esa sensación se difuminó en cuanto nos subimos al coche para cambiar de ciudad, es como si mi organismo hubiera decidido dejar todo atrás con el portazo que cerraba la puerta. Y no sabes hasta que punto me alegro de haberlo hecho. A partir de ahí mi real “yo” apareció y no se fue. La confianza con la gente cada segundo iba a más y pasamos unos días realmente diferentes y divertidos. Aunque la decepción puede llegar en cualquier momento, y lo ha hecho. Aún así estoy feliz. Me llevo tres personas nuevas súper especiales… es probable que me decepcionen en algún momento, pero hasta entonces… ¡qué feliz me hacen! Y para mis amigas de siempre decir que me hacen feliz se queda corto.
Gracias por el viaje.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Feliz Navidad. ¿Te gusta? ¿Crees que es... cutre?
- No. No, no es... increible. ¿Cómo lo has hecho?
Bueno, tuve ayuda de mis elfos.
- Tu regalo te está esperando en casa, pero he traido un pequeño pre-regalo para tí.
- Espera, esta es tu historia.
- Sí, es la original. Está sacado del muelle del cuaderno.
- Me da algo de miedo leerla... ¿Qué pasó el 8 de octubre de 2005?
- Ehm... Bueno, accidentalmente fui invitado a una fiesta de cumpleaños, donde conocí a una chica. Solo habló conmigo un par de frases, pero nunca la he olvidado.
- Espera, ¿tu historia es sobre mí?
- Sí. 

martes, 4 de septiembre de 2012

GG

D: ¡Hey! ¿Qué haces aquí?
S: Necesito saber porque me quieres.
D: Porque te quiero..
S: De verdad me gustaria creerte cuando dices esas palabras, Dan, pero tal vez, si supiese el por qué, dejaría de asustarme cuando las oigo y no tendria miedo a decirlas.
D: Vale. Bueno, si quieres hablar sobre por qué..
S: Lo hago por mi madre y sus tantos maridos.
D: Ahí. Ese es el por qué. Porque ultimamente me gusta cuando me interrumpes, que es a menudo. De todas formas, te quiero porque no te disculpas sobre quien realmente eres: Preciosa, elegante, sexy como el infierno.
S: Ahora estás haciendo que me ponga colorada.
D: Esa es otra razón. Eres totalmente inconsciente del efecto que causas en mí. Tambien eres completamente inconsciente de que ries como una niña de 4 años.
(Serena rie)
D: Justo así. [...] Eso es lo que te hace tan increible.
S: Bueno, tu eres increible también, sólo por decir todas esas cosas ya lo eres. Y te quiero.. pero me tengo que ir.
D: ¿Qué?, ¿qué pasa ahora?
S: Una de tantas razones por las que me quieres. (Le da un beso rápido a Dan)
 

Dicen que el amor de verano es fugaz, pero, a veces, lo que comienza como un tirar puede conducir a algo serio. Un simple viaje a la playa es todo lo que se necesita para despejar nuestras mentes y abrirnos los ojos y escribir un nuevo fin para una vieja historia.
Están aquellos que se quemaron por el calor, sólo quieren olvidar y empezar de cero. Mientras que hay otros que quieren que ese momento, dure para siempre pero todo el mundo puede estar de acuerdo en una cosa: el moreno se pierde y las luces se oscurecen y todos acabamos artos de la arena en nuestros zapatos pero el fin del verano es el principio de una nueva temporada, así que, terminamos mirando hacia el futuro.




- Soliamos hablar de nuestro futuro,de lo perfecto que seria, ¿Recuerdas? 

- Si 

- ¿Que ha pasado?¿Cuando se fastidio todo?...Esto no es lo que tenia que pasar,ya no se quien soy,ni que se supone que debo hacer. me siento tan... 

-Perdida...¿Recuerdas cuando me hacias ver una y otra vez tus películas favoritas?...me volvias loco... 

-¿Eso es una frase de animo? 

-Y por fin te pregunte...¿Por que te gustaba ver peliculas que ya habias visto?¿Y recuerdas que me dijiste? 

-Me gusta saber como van a acabar las cosas... 

-Exactamente...

lunes, 27 de agosto de 2012

Sal con una chica que lee (Por Rosemary Urquico)

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca. 

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella. 

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace. 

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo. 

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos. 

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la sagaCrepúsculo

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.

Sal con una chica que no lee (Por Charles Warnke)


Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela. 

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.

miércoles, 27 de junio de 2012

Los cuatro acuerdos, sabiduría tolteca:

El primero, impecabilidad en la palabra. El más importante de los cuatro, es el don de la comunicación, con el que puedes salvar vidas, o matarlas. Sé consecuente con ellas y ellas lo serán contigo.


El segundo, no tomarte las cosas personalmente. Es decir, aparcar tu ego en el garaje, que no estás tú sólo en el mundo y que no eres indispensable, es decir, que salgas de dentro de tí y que seas más simpático, pues así sufrirás menos y te irán mejor las cosas.


El tercero, no hacer suposiciones. Haciendo suposiciones sufrimos y sufrimos y sufrimos pensando en cosas que ni son, simplemente te ocupan espacio y te causan dolor. Suprimir esas cosas...


Y el cuarto es hacer siempre lo máximo que se pueda. Pura actitud, levantarte y luchar, no parar. ¿Cierran una puerta? Sigues. ¿Cierran otra? Sigues. ¿Te abren una? Bien, sigues. Pero no lastimarte...


Si juntas los cuatro, pura felicidad...

domingo, 3 de junio de 2012

Juguemos a enamorarnos, como tantas otras veces, hagamos como que nos queremos para luego salir corriendo en el ultimo momento. Juguemos a que nos conocemos, juguemos a las miradas indiscretas y a los piropos subidos de tono. Y luego, cuando se nos vaya de las manos, cuando no seamos capaces de frenarlo, cuando la verdad se abalance sobre nosotros sin remedio, juguemos de nuevo a esquivar problemas. 
Alguien dijo que los finales felices no existen, difrutemos entonces de los principios.




Se suele decir que, sea cual sea la verdad, la gente ve lo que quiere ver. Hay personas que pueden dar un paso atrás y descubrir que les faltaba ver las cosas con más perspectiva. Otras personas se dan cuenta de que la vida les está pasando factura. Otras pueden ver lo que estaba ahí desde el principio... Y luego estan ésas personas, aquellas que huyen lo más lejos posible para no tener que verse a sí mismos. Y en cuanto a mí... ahora ya lo veo todo claro.

viernes, 25 de mayo de 2012

sábado, 19 de mayo de 2012


Ponte el vestido más corto y escotado que tengas, píntate las uñas del color más llamativo que encuentres, pilla los zapatos de tacón mas altos que jamás hallas visto y baila toda la maldita noche con ellos hasta que te canses de andar como un puto pato mareado..
Quítate las medias, total ya, ¿De qué te sirven? Maquíllate de forma que parezcas 2 o 3 años mayor, píntate los labios de rojo pasión, suéltate el pelo y deja que el viento te lo arruine...Baila como si cada canción fuera la última, coge una botella de Ron, bébetela entera y sin mezclar, fúmate un cigarro mientras pasas por delante del con andares de princesa y al compas de la música que suena en la discoteca...Sonríele, vete con otro, asegúrate de que te mira, guíñale un ojo y susúrrale con la mirada; ''Pudiste haber sido tu'' Porque pequeña, si él fue tan tonto como para dejarte escapar, se tu tan lista como para olvidarle y de una vez por todas dejar de rebajarte a su nivel, ¡Vive la vida cariño! que esto a lo que hoy llamamos ''Vida'' un día acabara y todo el esfuerzo y las lagrimas que hemos derramado no habrán servido de nada.. Por eso cielo, búscate a un chaval que te arruine el pintalabios, no el rímel, disfruta cada momento al máximo y no permitas que nada ni nadie te toque los cojones.


domingo, 13 de mayo de 2012

sábado, 12 de mayo de 2012

-Nunca he dicho que no te quiera.
-Tampoco has dicho que lo hagas.
-Siempre le buscas tres pies al gato.
-Todo sería más fácil si me dijeses la razón por la que no quieres que estemos juntos.
-Tú y yo somos como un coche mal asegurado. No cubrimos los daños a terceros, enana.
- No sé si reírme o llorar.
- Ríete, que estás más guapa.
Querida Wendy:
Te escribo para decirte un montón de cosas. Lo primero de todo decirte que hace mucho que no nos vemos.. que aquí en Nunca jamás se te echa de menos.. muchísimo..Que tus recuerdos pasan cada día por mi cabeza, que no me olvido de esas noches  volando por el cielo contando las estrellas..que no me olvido de  esos días que pasábamos en el bosque, yo corriendo detrás de ti para pillarte y abrazarte.. Que no me olvido los celos de Campanilla, cuando te tiró al agua y te mojó entera.¡ Que recuerdos! ¿Te acuerdas de esa noche que dormimos juntos en la playa..? Fue ahí cuando Campanilla te empujo al agua y tu te enfadaste muchísimo. Pero cuando se hizo de noche el enfado se te pasó. Esa noche dormimos abrazados a la luz de la luna.. Todos esos recuerdos nunca se me irán de mi cabeza.. que lo mismo nunca creceré, nunca los olvidaré, ni uno. Todos y cada uno de esos recuerdos fueron muy especiales para mi, espero que para ti también lo fueran..
Desde que te fuiste Nunca Jamás todo ha cambiado. Campanilla no es la misma de antes, brilla un poco menos. Aunque te tuviera celos, te quería y te sigue queriendo..que por mucho que lo niegue, la he visto llorar, recordándote.Desde que te fuiste los días son nublados siempre, que hasta el Capitán Garfio está más triste y hace menos de las suyas, que ya no luchamos como antes, hace mucho que no le veo.. Ahora todo es diferente..
Por todo esto y porque no se como decírtelo..por las lágrimas que he derramado desde que te fuiste.. por cada lágrima de cada recuerdo.. por ese nudo en el corazón tan grande que tengo.. y por el brillo de tu sonrisa..quiero decirte que tengas abierta la ventana de tu habitación todas las noches..porque esto es inaguantable..Que te quiero aquí..de vuelta..corriendo juntos..abrazados..por cada dedal que nos dimos..por cada uno de los momentos que vivimos juntos.. quiero que dejes las ventanas abiertas...porque una noche de estas iré y te buscaré..te raptare si hace falta.
Sin nada más que decirte..me despido, mejor dicho nos vemos. Porque aunque no estés aquí..te veo en cada sueño..vivo contigo cada sueño..Nos vemos pronto Wendy, espérame..


Atentamente, Peter Pan.




"Te garantizo que habrá épocas difíciles y te garantizo que en algún momento uno de los dos o los dos querremos dejarlo todo, pero también te garantizo que si no te pido que seas mío me arrepentiré durante el resto de mi vida porque sé en lo más profundo de mi ser que estás hecho para mí".

lunes, 7 de mayo de 2012

domingo, 29 de abril de 2012

sábado, 14 de abril de 2012

Que me la suda si fallas o si follas; si estudias o prefieres trabajártelas; si te sigue sobrando de ahí abajo o si te sigue faltando de ahí arriba. Por mi como si te tiras por un puente, me das igual. Y es que ya no quiero saber nada sobre ti. No me llames, no intentes hablarme, pedirme perdón, darme explicaciones, ni te me acerques, ¿no crees que ya me has hecho suficiente daño, como para seguir recordándome una y otra vez que yo no te importaba? Que te follen guapito de cara.

miércoles, 11 de abril de 2012

Te prequiero

-¿Qué?
-No puedo decir que tequiero porque es demasiado pronto, y no te quiero asustar. Por eso te digo que te prequiero. Te prequiero mucho.

viernes, 30 de marzo de 2012

Quizás no hayas sido más que un cambio. Tal vez ahora sea yo la que no quiere que vuelvas. O al menos la que no lo espera con ansia. A lo mejor ahora no me muero porque vuelvas. Aunque si vuelves no te negaría nada. Pero te puedo decir que tal vez me acostumbre a vivir sin ti, bueno, a vivir sin ti de esa manera. Que ahora he vuelto a dormir más o menos bien. Que no me duele tanto la cabeza. Y que si se me cae el mundo encima pesa un poco menos. Vamos, si no estás es porque no querías, y si no querías estar tal vez no merecieras demasiado la pena. Y si sí lo hacías, pues hijo, qué se le va a hacer, con Dios. Tal vez sea que haya más personas en el mundo, casi siete mil millones, y me acabo de dar cuenta. O que he conocido a una de esas siete mil millones de personas, y, tal vez, sea más capullo que tú, pero, de momento, no ha pasado de mí. Sino, da igual, yo ya me conozco demasiado la historia. Una cicatriz más no marcará demasiado.
Dicen que las cosas son siempre iguales. Pero que siempre hay una excepción. Un 1% al que las cosas les van mejor. Vamos a ser tú y yo esa excepción. Sé que parece una locura. Y mucho más después de todo lo que nos hemos dicho. Pero vamos, intentémoslo. Vamos a ser el chico capullo y la chica a la que le rompieron el corazón. El chico al que le entran dudas y la chica que sigue enamorada hasta las trancas. El chico que pide perdón y la chica que perdona. Los que se quieren como siempre se han querido, o como nunca. Venga, seamos la excepción, probemos una vez más. Démonos una segunda oportunidad, pero no para tí, ni para mí, sino para nosotros.
Noto tu sudor, tu mirada de locura, de pasión. Tú quieres más, yo no quiero parar. Dejamos a un lado lo humano para convertirnos en fieras al devorarnos. Con pequeños mordiscos recorro tu cuerpo , hasta llegar cerca de tu oído. Me dices que siga, que eres todo mio. Sé que lo eres, te digo. Paseo mi lengua hasta llegar a tu ombligo. Aumenta la temperatura, se derrite todo a nuestro alrededor. Tu pasión explota, ciega la razón. Me levantas, me empujas contra la pared, levantas mis manos en alto, me besas cerca de los labios. Y con un susurro cargado de dominación te hago una promesa;
A partir de hoy aunque estés con otras, será en mí en quien pienses...
Hoy soy perversa, y a la vez gilipollas. No sé si estoy haciendo lo correcto o simplemente me estoy haciendo más daño. Justo hoy es cuando desearía tener algún tipo de superpoder con el que saber qué hacer en cada momento. Ojalá fuera posible. Todo sería tan fácil... pero venga, no empieces con mierdas de estas. Sea como sea, a ti lo que te gusta es la marcha, que la vida te dé caña. Te golpee lo más fuerte posible, sí, te encanta. Y puede sonar masoquista, es más, es totalmente masoquista pero ¿y qué? Que gracia tendría la vida si todos fuésemos felices, sin sufrimientos, sin complicaciones? NINGUNA. Una mierda todo. 
Hmmm, ya estás hablando sola otra vez. Te quejarás después de que te llamen loca. Si es que lo estás. (Sabes que te gusta.)

miércoles, 14 de marzo de 2012

Que nada importe y hacer locuras. Que no se me note la amargura en la cara. Que si tengo que ser mala lo seré. Y si tengo que tragarme las lágrimas lo haré. Que a partir de ahora me verás sonreír todos los días. Y si no te gusta, te jodes.



sábado, 10 de marzo de 2012

casa vacía

"Sólo yo conozco el vacío que siento cuando cierro esas puertas. Unas puertas que separan dos mundos: uno contigo, y el otro sin ti. Ver esta casa que alberga mi corazón así me remueve el alma. Me duele ver esta casa en la que un día hubo música, en la que hubieron risas y abrazos; unos abrazos en los que se entrelazaban nuestros brazos formando un nudo imposible de deshacer. Aún te veo en el sofá, pues los cojines recuerdan tu figura, y aún no ocupo tu lado de la cama: territorio sagrado. Maldita cama en la que compartimos cuerpos y sueños, en ella, en esta cama ya no quedan más sueños sino imborrables recuerdos de ti. Tu almohada todavía huele a ti y la mía no me deja dormir.

Hace frío, o al menos aquí siempre tengo frío. Tengo que salir a la terraza a respirar un aire sin ti, a cerrar los ojos e intentar sentir en mi cara las caricias de un sol de ocaso. Y sí, cada vez que voy a abrir los ojos deseo desde lo más profundo de mi ser verte, que aparezcas delante de mí y que todo haya sido una breve y fugaz pesadilla. Pero lo único que veo es un sol que se esconde en el horizonte y una luna en medio del cielo que ensombrece mis esperanzas.

Me pregunto si cambiar de casa cambiará mi amor. Porque sustituir tu cuerpo por otros no lo ha conseguido. Ingenuo de mí, pensar que podría encontrar en otra esos susurros que erizaban mi vello. Como pude ser tan inocente de creer que el calor de tu sudor sería el mismo que el de las demás…

No volverás, ya lo sé; pero, no puedo, no, no quiero aceptarlo. Ni quiero dos mundos sino uno. Tampoco quiero frío sino que calor. Y quiero reír, hablar, escuchar… Quiero amarte; y también quiero un sol que amanezca y una luna que ilumine la noche. Deseo que vuelvas, que vuelvas a casa."
El glamour desaparece de puertas para dentro, las lágrimas con el tiempo se secan, la energía pierde su fuerza, algunas bromas se vuelven pesada, hasta las palabras pueden terminarse...! pero una SONRISA nunca está de mas!



viernes, 9 de marzo de 2012

Prométeme que todo saldrá bien.

Sentir que el cielo se viene abajo. Que tus ganas bajan hasta el subsuelo. Que ya no tienes razones ni para levantarte por las mañanas. Que todos los esfuerzos que has hecho no están sirviendo para nada. Que no existe un maquillaje tan grueso como para no dejar pasar los sentimientos. Que te decepcionas por momentos. Pero darte cuenta de que no hay que rendirse, de que el principio es lo más difícil. De que cuando te caigas tienes que levantarte y seguir intentándolo, dos, tres, cuatro o mil veces, hasta conseguirlo. Hasta conseguir lo que quieres. De que cada vez que te caigas habrá alguien para recogerte, para darte un abrazo, para secarte las lágrimas, para prometerte que va a estar siempre contigo. Forzarte una sonrisa por las mañanas y creértela. Hacer el último esfuerzo y llenarte de ese presentimiento de que todo va a salir bien.

miércoles, 29 de febrero de 2012

- Prométeme que seré la única mujer a la que vas a querer.
- No puedo.
- ¿Por qué? ¿Hay otra?
- No, pero la habrá. Será como tú pero más joven... y te llamará mamá.

lunes, 27 de febrero de 2012

¿Por qué siempre intentamos buscar defectos cuando ni siquiera pueden verse?
O la habitación está muy llena, o yo estoy muy vacía..






martes, 21 de febrero de 2012

Búscate a alguien que te coma con la mirada, que te abrace con tanta fuerza que llegues a quedarte sin respiración, que te bese en todos los semáforos y que después quiera lanzarse contigo bajo las ruedas de un camión... Que te cubra con una manta cuando te quedes dormida y que le tenga envidia al sueño por no dejarle ver quién eres cuando cierras los ojos. 

No busques que te inviten a copas, que te paseen en coche, que te hagan regalos, que te follen medio bien y que te digan cosas bonitas. Eso puede hacerlo cualquiera